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Sneak Peek: Read an article!

SNEAK PEEK

Read an article in the "Querer es Poder" magazine before it is published! 

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Article Summary

Marleny Barrerra is a junior studying Spanish Education. Her article title translates to "My hope came in the form of tamales" and Barrera writes about the impact that her mom has had on her life.

She recounts her adolescence, when she was expected to wake up at 5am and help her mom make tamales to sell. Making tamales was another valuable source of income for her family to make the ends meet. Barrera shares that she didn't always want to wake up early or understand why her mom was working so much. 

At the end of the article, Barrera reflects on this period of her life through her current perspective as an adult. She writes about how grateful she is for her mom's constant sacrifices and recalls the the warm smell of tamales around the house as the family worked together.

Barrera ends the article: "Tamales are my favorite food, not only because they are very delicious, but also because they remind me a lot of this special period when my mom gave us hope and love. My hope came in the form of tamales."

Mi esperanza llegó en forma de tamales

Por Marleny Barrera

La esperanza puede significar algo diferente para todos. La esperanza para mi familia ha sido vivir un día a la vez. Poder pagar los biles. El capítulo de mi adolescencia, empezó con despertarme a las cinco de la mañana para ayudar a mi mamá a cocinar tamales. Ella vendía tamales cuando no nos alcanzaba el dinero. Recuerdo que me sentía triste porque no quería ver a mi madre trabajando tanto. Ella dormía lo mínimo y siempre tenía ojeras y estaba cansada. Pero también para una adolescente, yo llevaba secretamente los sentimientos de aburrimiento y enojo porque tenía que levantarme tan temprano. Soñaba con poder comprar ciertas cosas como ropa y zapatos como los que tenían mis amigas, pero nunca fue posible. No entendía por qué mi mamá trabajaba tanto, por qué no podía ir a eventos de mi escuela, o por qué nunca pudo ir a los paseos conmigo. Estuve muy confundida porque mis amigas hablaban de los parques, que sus padres las llevaban y cómo les compraban las nuevas muñecas. Pero en mi casa, los hijos no decían nada porque sabían que no tenían otra opción. 

Mis fines de semana empezaban con escuchar a mi mamá diciendo, “¡Ya despiértate, necesito que me ayudes, mija!”. Algunas veces, cuando me dejaba dormir un poco más, me despertaba al sonido de las ollas - las tapas tintineaban porque eran muy grandes las ollas para mover una mujer sola. Mientras mi mamá limpiaba las hojas de plátano, los hijos preparaban la masa con manteca y sal. Con una cuchara bien grande, mezclábamos la masa por mucho tiempo - parecía una eternidad para nosotros como chiquillos. Siempre le preguntaba a mi mamá si ya estaba lista la masa porque mis manos ya me dolían. Mientras preparábamos los tamales, la casa se llenaba del olor de chile, manteca y hojas mojadas. Me acuerdo que mis ojitos y los ojos de mi mamá estaban llorosos por la cebolla. 

Ahora, cuando pienso en aquel periodo de mi adolescencia, tengo más claridad. Entiendo que mi mamá trabajaba mucho para que su familia saliera adelante, para que sus hijos tuvieran comida en la mesa y un techo donde dormir. Entiendo que se sacrificaba porque quería darnos la esperanza. Sé que mi mamá también sufrió por no poder comprarnos lo más bonito o la nueva ropa o por no poder acompañarme en los paseos de la escuela. Tenía que ser una guerrera para la familia. También me ayudó a apreciar el tiempo que pasé con mis seres queridos. Los tamales son mi comida favorita, no solo porque son muy sabrosos, sino también porque me recuerda mucho de ese periodo especial en el que mi mamá nos dio la esperanza y el amor. Mi esperanza llegó en forma de tamales.